• Un gran porcentaje de alumnos que abandonan el sistema educativo lo hacen por problemas de aprendizaje, desarrollo o necesidades sociales y educativas que no se han tenido en cuenta.
• Los orientadores educativos necesitan superar definitivamente, con la ayuda de las nuevas tecnologías, la tradicional «soledad» y aislamiento que padecen, necesitan herramientas que les ayuden a agilizar el proceso de evaluación de los niños y que el diagnóstico no se alargue para poder ofrecerles una atención individualizada centrada en sus fortalezas y potencialidades.
• Los docentes demandan información y formación sobre las dificultades que pueda presentar su alumnado
• Los padres desean conocer qué necesidades educativas tienen sus hijos y que se aborden de la mejor manera posible para garantizar el éxito académico y bienestar.

Está claro que con la ratio que manejan los orientadores de los centros escolares es imposible atender a todas las necesidades específicas y mucho menos detectar tempranamente y prevenir, incluso los profesores dejan de derivan los casos visibles porque son conscientes de la falta de recursos, «Se nos escapan casos».

Varios autores coinciden en que los modelos de orientación educativa del siglo XXI deben facilitar la capacidad de interacción y comunicación entre los agentes educativos y los demás miembros de la comunidad educativa, incluyendo a las familias. Por ello, resulta clara la necesidad de reconocer la importancia de las TIC como herramientas que ayuden a promover contextos y nuevos espacios que creen sinergias para comunicarse, crear y gestionar conocimiento.

Presentación de DÍDE en la XVIII asamblea de APOCLAM

El 16 de noviembre de 2019 se celebró en el hotel Abacería de Toledo la XVIII asamblea de APOCLAM a la que fuimos invitados para presentar Díde a los asociados y cómo sacar el máximo partido a esta metodología online de orientación que está revolucionando el mundo de la detección temprana de necesidades educativas y la orientación.

Alberto Ramírez, director del proyecto, fue el encargado de la ponencia y aclaró las dudas a los orientadores allí presentes. «Para innovar en un sector es necesario venir de otro para hacer cosas diferentes» -apuntaba Alberto Ramírez, especialista en nuevas tecnologías aplicadas a la educación y autor de la idea original que llevó a la creación de Dide-

El método, creado por especialistas en educación, psicología y nuevas tecnologías, es sumamente sencillo, sin la intervención del menor, hecho con la observación de los adultos más próximos al menor ya sean del ámbito familiar, escolar, social. No realiza diagnósticos, exclusiva competencia de los profesionales ya sean médicos pediatras, neuropediatras, psicólogos, psicopedagogos, logopedas… pero sí emerge el esbozo de un retrato certero que marca la necesidad o no de derivar a una posterior exploración específica por parte del conveniente y adecuado especialista.

Como bien es sabido una vez que se conoce qué le sucede al menor se puede hacer la intervención que se requiera para el mayor bienestar del mismo. Con díde podemos detectar dificultades “semilla” de ulteriores problemas que empiezan por la pérdida de confianza en sí mismos por quizás resultados muy ajustados y logrados con mucho esfuerzo. No se puede pretender que todos los niños sean iguales, ni que entiendan los conceptos a la vez ni que tengan las mismas capacidades, todos son diferentes y todos tienen inteligencias diferentes.

¿Por dónde empezar? Evidentemente por conocer las necesidades del niño

De la misma manera que en sanidad con una analítica de sangre podemos ver los indicadores a los que prestar atención. En educación también podemos con díde obtener los indicadores a través de la observación de la personas que mejor conocen al niño. Dide se sitúa en el punto de partida, CONOCER para después poder hacer.

Importante apostar por una educación que eduque a los menores atendiendo a sus diferentes capacidades

Un aspecto importante en las causas del fracaso escolar es la escasa o nula comunicación entre la familia y el centro escolar, con el sistema díde de forma fácil y discreta se establece el contacto entre los dos ámbitos y si se necesita también el sanitario. También simplifica díde los seguimientos y evolución de los menores.

Como bien conocen especialistas de diferentes campos, las novedades en prevención y, que además funcionen como es el caso de la detección temprana con díde, es posible que genere temor ya que tras saber se solicita actuar, pero el coste humano tanto a nivel personal como social de no hacerlo es desolador e inmenso, que supera ampliamente las cifras de prevenir.